On Being Born Under a Full Moon (Spirituality and Other Sensitive Truths)
- Anna M Vives

- 3 ago
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 18 ago
First entry – Welcome to my inner world
I was born in October, in the shadowy glow of Halloween, with the full moon watching from above. According to Wiccan tradition, the full moon marks the height of magical energy — when the Goddess is at her most radiant. It's a moment of culmination, of truth, and of deep feeling.

That energy is in me. I’ve always felt things too much — and for a long time, I thought that was a problem.
As a child, I didn’t like the toys other children played with. The fake kitchens, the plastic baby dolls… they didn’t speak to me. But I adored a donkey on wheels with long ears I’d hold onto as I explored the hallways, and a fairy doll with delicate wings — small portals to fantasy. I asked spiritual questions no one around me could answer. Others I kept to myself, afraid they might be inappropriate. I didn’t want to stand out for the wrong reasons.
This is the mark of a Highly Sensitive Person (HSP). We feel things more deeply. Sounds are louder. Changes, heavier. Beauty, unbearable. But also — magic, closer. The moon and fantasy were my first companions. Books, art and drawing were my nourishment.
As I grew older, I learned to be louder, to camouflage. I crafted a mask made of noise and humor, a mask that served me well in my work as a teacher. It helped me connect, speak up, “belong.” But it was still a mask. And at the end of the day it often exhausted me. Home became my sanctuary — a place for silence, softness, brushes and pastels, and the deep exhale of authenticity. Art had been my shelter from early childhood.
Beneath the mask, my sensitivity bloomed. My pain, my questions, my spirituality — they all became roots of something greater. I stopped seeing myself as broken. I started to see myself as who I really was: not cursed, not gifted, just a highly sensitive person who needed to make art in order to stay alive and true. This world teaches us to compete, to toughen, to harden. But my strength was always in my softness. My gift is to feel, to perceive beauty in its quietest forms, to see magic in the ordinary and share it with you.
This blog is the doorway into my art studio, which I am honored to keep open for you. It is for people who feel, and for those who also seek magic in a noisy, dull world. People who dare to feel. For the ones who don’t always speak the loudest, but carry rich universes inside.
Thank you for stepping into my moonlit world. We will walk gently together,
Amva
........................................................................................................................................................
Nacer bajo la luna llena (Espiritualidad y otras verdades sensibles)
Primera Entrada – Bienvenidos a mi mundo interior

Nací en octubre, bajo el resplandor sombrío de Halloween, con la luna llena observando desde lo alto. Según la tradición wiccana, la luna llena marca el punto culminante de la energía mágica, cuando la Diosa está en su máximo esplendor. Es un momento de culminación, de verdad y de sentimientos profundos.
Esa energía está en mí. Siempre he sentido las cosas demasiado — y durante mucho tiempo pensé que eso era un problema.
De niña, no me gustaban los juguetes con los que jugaban los demás niños. Las cocinitas de mentira, las muñecas de plástico… no me hablaban. Pero adoraba un burro de ruedas con largas orejas que abrazaba mientras exploraba los pasillos, y una muñeca hada con delicadas alas — pequeños portales a la fantasía. Hacía preguntas espirituales que nadie a mi alrededor podía responder. Otras me las guardaba, temiendo que pudieran ser inapropiadas. No quería destacar por las razones equivocadas.
Esto es una característica de las Personas Altamente Sensibles (PAS). Sentimos las cosas más profundamente. Los sonidos son más fuertes. Los cambios, más pesados. La belleza, insoportable. Pero también — la magia, más cercana. La luna y la fantasía fueron mis primeros compañeros. Los libros, el arte y el dibujo fueron mi alimento.
A medida que crecí, aprendí a ser más ruidosa, a camuflarme. Creé una máscara hecha de ruido y humor, una máscara que me sirvió bien en mi trabajo como profesora. Me ayudaba a conectar, a hablar, a “pertenecer”. Pero seguía siendo una máscara. Y al final del día, a menudo me agotaba. Mi hogar se convirtió en mi santuario — un lugar de silencio, suavidad, pinceles y pasteles, y de un profundo exhalar de autenticidad. El arte había sido mi refugio desde la infancia.
Bajo la máscara, mi sensibilidad floreció. Mi dolor, mis preguntas, mi espiritualidad — todo se convirtió en raíces de algo más grande. Dejé de verme a mí misma como rota. Empecé a verme tal como realmente soy: no maldita, no un regalo especial, solo una persona altamente sensible que necesitaba crear arte para mantenerse viva y auténtica. Este mundo nos enseña a competir, a endurecernos, a ponernos rígidos. Pero mi fuerza siempre estuvo en mi suavidad. Mi don es sentir, percibir la belleza en sus formas más silenciosas, ver la magia en lo ordinario y compartirla con ustedes.
Este blog es la puerta hacia mi estudio de arte, que me honra mantener abierto para ti. Es para personas que sienten, y para quienes también buscan magia en un mundo ruidoso y apagado. Personas que se atreven a sentir. Para aquellos que no siempre hablan más fuerte, pero llevan universos ricos dentro.
Gracias por entrar en mi mundo iluminado por la luna. Caminaremos juntos con suavidad,
Amva

Comentarios